El templo dominico es el mejor ejemplo del barroco chiapaneco ligado a las formas centroamericanas por su rica fachada de argamasa, sus retablos dorados y corridos y su púlpito, uno de los mejores de la época barroca en Hispanoamérica. El convento anexo era el principal de los dominicos en Chiapas y se distribuye en dos plantas en torno a un patio.